"Hago todos los días mi "ratito" de oración: ¡si no fuera por eso!" (Camino, 106)

9 de septiembre de 2014

MARTES de la 23a Semana del tiempo ordinario

Lucas 6,12-19.

En esos días, Jesús se retiró a una montaña para orar, y pasó toda la noche en oración con Dios. 


Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos y eligió a doce de ellos, a los que dio el nombre de Apóstoles: 



Simón, a quien puso el sobrenombre de Pedro, Andrés, su hermano, Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago, hijo de Alfeo, Simón, llamado el Zelote,  Judas, hijo de Santiago, y Judas Iscariote, que fue el traidor. 


Al bajar con ellos se detuvo en una llanura. Estaban allí muchos de sus discípulos y una gran muchedumbre que había llegado de toda la Judea, de Jerusalén y de la región costera de Tiro y Sidón,  para escucharlo y hacerse curar de sus enfermedades. Los que estaban atormentados por espíritus impuros quedaban curados;  y toda la gente quería tocarlo, porque salía de él una fuerza que sanaba a todos.