"Hago todos los días mi "ratito" de oración: ¡si no fuera por eso!" (Camino, 106)

17 de noviembre de 2014

LUNES de la 33a semana del tiempo ordinario

Lucas 18,35-43.

Cuando se acercaba a Jericó, un ciego estaba sentado al borde del camino, pidiendo limosna. Al oír que pasaba mucha gente, preguntó qué sucedía. Le respondieron que pasaba Jesús de Nazaret. 


El ciego se puso a gritar: 


"¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí!". 


Los que iban delante lo reprendían para que se callara, pero él gritaba más fuerte: 


"¡Hijo de David, ten compasión de mí!". 


Jesús se detuvo y mandó que se lo trajeran. Cuando lo tuvo a su lado, le preguntó: 


"¿Qué quieres que haga por ti?". 

"Señor, que yo vea otra vez". 


Y Jesús le dijo:

 "Recupera la vista, tu fe te ha salvado". 

En el mismo momento, el ciego recuperó la vista y siguió a Jesús, glorificando a Dios. Al ver esto, todo el pueblo alababa a Dios. 

COMENTARIO:

Cuando pasa Jesús, ¿cual es tu actitud?, te escondes, agachas la cabeza, das la espalda ... normal si le miras y le gritas "Ten compasión de mi"... ya sabes que el te responderá y esto te complicará tu vida de comodón.