"Hago todos los días mi "ratito" de oración: ¡si no fuera por eso!" (Camino, 106)

3 de diciembre de 2014

MIERCOLES DE LA 1a SEMANA de ADVIENTO

Mateo 15,29-37.

Jesús llegó a orillas del mar de Galilea y, subiendo a la montaña, se sentó. 

Una gran multitud acudió a él, llevando paralíticos, lisiados, ciegos, mudos y muchos otros enfermos. Los pusieron a sus pies y él los curó. 

La multitud se admiraba al ver que los mudos hablaban, los inválidos quedaban curados, los paralíticos caminaban y los ciegos recobraban la vista. Y todos glorificaban al Dios de Israel. 

Entonces Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: 

"Me da pena esta multitud, porque hace tres días que están conmigo y no tienen qué comer. No quiero despedirlos en ayunas, porque podrían desfallecer en el camino".
 
Los discípulos le dijeron: "¿Y dónde podríamos conseguir en este lugar despoblado bastante cantidad de pan para saciar a tanta gente?". 

Jesús les dijo: 

"¿Cuántos panes tienen?".

Ellos respondieron: "Siete y unos pocos pescados". 

El ordenó a la multitud que se sentara en el suelo; 
después, tomó los panes y los pescados, dio gracias, los partió y los dio a los discípulos. Y ellos los distribuyeron entre la multitud. 

Todos comieron hasta saciarse, y con los pedazos que sobraron se llenaron siete canastas