"Hago todos los días mi "ratito" de oración: ¡si no fuera por eso!" (Camino, 106)

13 de enero de 2015

Martes de la primera semana del tiempo ordinario

Marcos 1,21b-28.

Jesús entró a Cafarnaún, y cuando llegó el sábado, Jesús fue a la sinagoga y comenzó a enseñar. 

Todos estaban asombrados de su enseñanza, porque les enseñaba como quien tiene autoridad y no como los escribas. 


Y había en la sinagoga un hombre poseído de un espíritu impuro, que comenzó a gritar: 

"¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido para acabar con nosotros? Ya sé quién eres: el Santo de Dios". 

Pero Jesús lo increpó, diciendo: 

"Cállate y sal de este hombre". 

El espíritu impuro lo sacudió violentamente y, dando un gran alarido, salió de ese hombre. 


Todos quedaron asombrados y se preguntaban unos a otros:

 "¿Qué es esto? ¡Enseña de una manera nueva, llena de autoridad; da órdenes a los espíritus impuros, y estos le obedecen!". 


Y su fama se extendió rápidamente por todas partes, en toda la región de Galilea.