"Hago todos los días mi "ratito" de oración: ¡si no fuera por eso!" (Camino, 106)

1 de febrero de 2015

4º DOMINGO del tiempo ordinario

Marcos 1,21-28.

Entraron en Cafarnaún, y cuando llegó el sábado, Jesús fue a la sinagoga y comenzó a enseñar. 
Todos estaban asombrados de su enseñanza, porque les enseñaba como quien tiene autoridad y no como los escribas. 

Y había en la sinagoga un hombre poseído de un espíritu impuro, que comenzó a gritar: 

"¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido para acabar con nosotros?. Ya sé quién eres: el Santo de Dios". 


Pero Jesús lo increpó, diciendo: 

"Cállate y sal de este hombre". 

El espíritu impuro lo sacudió violentamente y, dando un gran alarido, salió de ese hombre.

Todos quedaron asombrados y se preguntaban unos a otros: 

"¿Qué es esto? ¡Enseña de una manera nueva, llena de autoridad; da órdenes a los espíritus impuros, y estos le obedecen!". 

Y su fama se extendió rápidamente por todas partes, en toda la región de Galilea.