"Hago todos los días mi "ratito" de oración: ¡si no fuera por eso!" (Camino, 106)

15 de febrero de 2015

6a Semana del tiempo ordinario DOMINGO

Marcos 1,40-45.

Se acercó a Jesús un leproso para pedirle ayuda y, cayendo de rodillas, le dijo: 
"Si quieres, puedes purificarme". 

Jesús, conmovido, extendió la mano y lo tocó, diciendo: 

"Lo quiero, queda purificado". 

En seguida la lepra desapareció y quedó purificado. Jesús lo despidió, advirtiéndole severamente: 
"No le digas nada a nadie, pero ve a presentarte al sacerdote y entrega por tu purificación la ofrenda que ordenó Moisés, para que les sirva de testimonio".

 
Sin embargo, apenas se fue, empezó a proclamarlo a todo el mundo, divulgando lo sucedido, de tal manera que Jesús ya no podía entrar públicamente en ninguna ciudad, sino que debía quedarse afuera, en lugares desiertos. Y acudían a él de todas partes.