"Hago todos los días mi "ratito" de oración: ¡si no fuera por eso!" (Camino, 106)

21 de marzo de 2015

SABADO de la 4a semana de cuaresma

Juan 7,40-53.

Algunos de la multitud que lo habían oído, opinaban: 
"Este es verdaderamente el Profeta". 
Otros decían: 

"Este es el Mesías". 
Pero otros preguntaban: 
"¿Acaso el Mesías vendrá de Galilea? ¿No dice la Escritura que el Mesías vendrá del linaje de David y de Belén, el pueblo de donde era David?". 

Y por causa de él, se produjo una división entre la gente. Algunos querían detenerlo, pero nadie puso las manos sobre él. 


Los guardias fueron a ver a los sumos sacerdotes y a los fariseos, y estos les preguntaron: 

"¿Por qué no lo trajeron?". 

Ellos respondieron: 

"Nadie habló jamás como este hombre". 
Los fariseos respondieron: 

"¿También ustedes se dejaron engañar? ¿Acaso alguno de los jefes o de los fariseos ha creído en él? En cambio, esa gente que no conoce la Ley está maldita".
 
Nicodemo, uno de ellos, que había ido antes a ver a Jesús, les dijo: 
"¿Acaso nuestra Ley permite juzgar a un hombre sin escucharlo antes para saber lo que hizo?". 
Le respondieron: 

"¿Tú también eres galileo? Examina las Escrituras y verás que de Galilea no surge ningún profeta". 

Y cada uno regresó a su casa.