"Hago todos los días mi "ratito" de oración: ¡si no fuera por eso!" (Camino, 106)

1 de abril de 2015

SEMANA SANTA: MIERCOLES

Mateo 26,14-25.

Uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, fue a ver a los sumos sacerdotes y les dijo: 
"¿Cuánto me darán si se lo entrego?". 
Y resolvieron darle treinta monedas de plata. 
Desde ese momento, Judas buscaba una ocasión favorable para entregarlo. 
El primer día de los Acimos, los discípulos fueron a preguntar a Jesús: 

"¿Dónde quieres que te preparemos la comida pascual?". 
El respondió: 

"Vayan a la ciudad, a la casa de tal persona," y díganle: 'El Maestro dice: Se acerca mi hora, voy a celebrar la Pascua en tu casa con mis discípulos'". 
Ellos hicieron como Jesús les había ordenado y prepararon la Pascua. 
Al atardecer, estaba a la mesa con los Doce y, mientras comían, Jesús les dijo: 

"Les aseguro que uno de ustedes me entregará". 
Profundamente apenados, ellos empezaron a preguntarle uno por uno: 

"¿Seré yo, Señor?". 
El respondió: "El que acaba de servirse de la misma fuente que yo, ese me va a entregar. 
El Hijo del hombre se va, como está escrito de él, pero ¡ay de aquel por quien el Hijo del hombre será entregado: más le valdría no haber nacido!"
Judas, el que lo iba a entregar, le preguntó: 

"¿Seré yo, Maestro?".
"Tú lo has dicho", le respondió Jesús.