"Hago todos los días mi "ratito" de oración: ¡si no fuera por eso!" (Camino, 106)

6 de julio de 2015

LUNES de la 14a semana del tiempo ordinario

Mateo 9,18-26.

Mientras Jesús les estaba diciendo estas cosas, se presentó un alto jefe y, postrándose ante él, le dijo: "Señor, mi hija acaba de morir, pero ven a imponerle tu mano y vivirá". 
Jesús se levantó y lo siguió con sus discípulos. 
Entonces se le acercó por detrás una mujer que padecía de hemorragias desde hacía doce años, y le tocó los flecos de su manto, 
pensando: "Con sólo tocar su manto, quedaré curada". 
Jesús se dio vuelta, y al verla, le dijo: 

"Ten confianza, hija, tu fe te ha salvado". 
Y desde ese instante la mujer quedó curada. 
Al llegar a la casa del jefe, Jesús vio a los que tocaban música fúnebre y a la gente que gritaba, y dijo: 

"Retírense, la niña no está muerta, sino que duerme". 

Y se reían de él. Cuando hicieron salir a la gente, él entró, la tomó de la mano, y ella se levantó. Y esta noticia se divulgó por aquella región.