Lucas 11,1-4.
Un día, Jesús estaba orando en cierto lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo:
"Señor, enséñanos a orar, así como Juan enseñó a sus discípulos".
El les dijo entonces:
"Cuando oren, digan: Padre, santificado sea tu Nombre, que venga tu Reino; danos cada día nuestro pan cotidiano; perdona nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a aquellos que nos ofenden; y no nos dejes caer en la tentación".
*Esta fiesta fue instituida por San Pío V para conmemorar y agradecer a la Virgen su ayuda en la victoria sobre los turcos en Lepanto, el 7 de octubre de 1571. Es famoso su Breve Consueverunt (14-IX-1569), que vio en el Rosario un presagio de aquella victoria. Clemente XI extendió la fiesta a toda la Iglesia el 3-X-1716. León XIII le otorgó un mayor rango litúrgico y publicó nueve admirables Encíclicas sobre el Rosario. Con San Pío X quedó definitivamente la fecha de su celebración el 7 de octubre. La celebración de este día es una invitación para todos a rezar y meditar los misterios de la vida de Jesús y de María, que se contemplan en esta devoción mariana.