"Hago todos los días mi "ratito" de oración: ¡si no fuera por eso!" (Camino, 106)

17 de noviembre de 2015

MARTES de la 33a semana del tiempo ordinario

Lucas 19,1-10.

Jesús entró en Jericó y atravesaba la ciudad. 
Allí vivía un hombre muy rico llamado Zaqueo, que era jefe de los publicanos. El quería ver quién era Jesús, pero no podía a causa de la multitud, porque era de baja estatura. 
Entonces se adelantó y subió a un sicomoro para poder verlo, porque iba a pasar por allí. 
Al llegar a ese lugar, Jesús miró hacia arriba y le dijo: "Zaqueo, baja pronto, porque hoy tengo que alojarme en tu casa". 
Zaqueo bajó rápidamente y lo recibió con alegría. 
Al ver esto, todos murmuraban, diciendo: "Se ha ido a alojar en casa de un pecador". 
Pero Zaqueo dijo resueltamente al Señor: "Señor, voy a dar la mitad de mis bienes a los pobres, y si he perjudicado a alguien, le daré cuatro veces más". 
Y Jesús le dijo: "Hoy ha llegado la salvación a esta casa, ya que también este hombre es un hijo de Abraham, porque el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que estaba perdido".