Lucas 23, 35-43
En aquel tiempo, las autoridades hacían muecas a Jesús,
diciendo:
- «A otros ha salvado; que se salve a sí mismo, si él es
el Mesías de Dios, el Elegido.»
Se burlaban de él también los soldados, ofreciéndole
vinagre y diciendo:
«Si eres tú el rey de los judíos, sálvate a ti mismo.»
Había encima un letrero en escritura griega, latina y
hebrea: «Éste es el rey de los judíos.»
Uno de los malhechores crucificados lo insultaba,
diciendo:
- «¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a
nosotros.»
Pero el otro lo increpaba:
- «¿Ni siquiera temes tú a Dios, estando en el mismo suplicio?
Y lo nuestro es justo, porque recibimos el pago de lo que hicimos; en cambio,
éste no ha faltado en nada. »
Y decía:
«Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino.»
Jesús le respondió:
«Te lo aseguro: hoy estarás conmigo en el paraíso.»