"Hago todos los días mi "ratito" de oración: ¡si no fuera por eso!" (Camino, 106)

3 de diciembre de 2016

SAN FRANCISCO JAVIER

Mateo 9,35-38.10,1.6-8.

Jesús recorría todas las ciudades y los pueblos, enseñando en las sinagogas, proclamando la Buena Noticia del Reino y curando todas las enfermedades y dolencias. 
Al ver a la multitud, tuvo compasión, porque estaban fatigados y abatidos, como ovejas que no tienen pastor. 
Entonces dijo a sus discípulos: "La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. 
Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha." 
Jesús convocó a sus doce discípulos y les dio el poder de expulsar a los espíritus impuros y de curar cualquier enfermedad o dolencia. 
"Vayan, en cambio, a las ovejas perdidas del pueblo de Israel. 
Por el camino, proclamen que el Reino de los Cielos está cerca. 
Curen a los enfermos, resuciten a los muertos, purifiquen a los leprosos, expulsen a los demonios. Ustedes han recibido gratuitamente, den también gratuitamente."