"Hago todos los días mi "ratito" de oración: ¡si no fuera por eso!" (Camino, 106)

22 de enero de 2017

TIEMPO ORDINARIO 3er SEMANA DOMINGO

Mateo 4,12-23.

Cuando Jesús se enteró de que Juan había sido arrestado, se retiró a Galilea. 
Y, dejando Nazaret, se estableció en Cafarnaún, a orillas del lago, en los confines de Zabulón y Neftalí, 
para que se cumpliera lo que había sido anunciado por el profeta Isaías: 
¡Tierra de Zabulón, tierra de Neftalí, camino del mar, país de la Transjordania, Galilea de las naciones! 
El pueblo que se hallaba en tinieblas vio una gran luz; sobre los que vivían en las oscuras regiones de la muerte, se levantó una luz. 
A partir de ese momento, Jesús comenzó a proclamar: "Conviértanse, porque el Reino de los Cielos está cerca". 
Mientras caminaba a orillas del mar de Galilea, Jesús vio a dos hermanos: a Simón, llamado Pedro, y a su hermano Andrés, que echaban las redes al mar porque eran pescadores. 
Entonces les dijo: "Síganme, y yo los haré pescadores de hombres". 
Inmediatamente, ellos dejaron las redes y lo siguieron. 
Continuando su camino, vio a otros dos hermanos: a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca con Zebedeo, su padre, arreglando las redes; y Jesús los llamó. 
Inmediatamente, ellos dejaron la barca y a su padre, y lo siguieron. 
Jesús recorría toda la Galilea, enseñando en las sinagogas, proclamando la Buena Noticia del Reino y curando todas las enfermedades y dolencias de la gente.