"Hago todos los días mi "ratito" de oración: ¡si no fuera por eso!" (Camino, 106)

29 de mayo de 2014

COMIENZA EL DECENARIO DEL ESPIRITU SANTO

Si bien en casi todo el orbe catolico hoy es la Fiesta de la ASCENSION del SEÑOR en Bolivia la Conferencia Episcopal ha transladado esta Fiesta al próximo domingo. Normalmente en este Jueves 10 días antes de Pentecostes muchos cristianos tienen la costumbre de comenzar este dia el DECENARIO del ESPIRITU SANTO. Se trata de llevar a la mediticación personal en tu "rato de Oración"durante los 10 días antes de la fiesta de Pentecostés, temas relacionados con el Espiritu Santo.
Por si quieres hacer en estos 10 días este apartado en "tu rato de oración"  te dejamos este libro EL DECENARIO DEL ESPIRITU SANTO cuya autora es Francisca javiera del Valle.

En estos días podrás llevar a la Oración temas como estos:

Hoy DIA PRIMERO  Veamos en este día cuánto debemos amar al Espíritu Santo las  criaturas por ser El como el motor de nuestra existencia y la causa de  ser criadas para gozar eternamente de los mismos goces de Dios. 
DIA SEGUNDO Cuánto debemos al Espíritu Santo en el instante mismo en que Dios  crió al hombre y cuánto por este beneficio debemos amar al Espíritu  Santo. 
DIA TERCERO  Veamos en este día cómo nos enseña nuestro Divino Redentor a hacer 
aprecio y estima del Espíritu Santo. 
DIA CUARTO  La escuela del Espíritu Santo; dónde la tiene, cómo la ejerce y qué es lo 
que enseña. Con la práctica de estas sus enseñanzas se adquiere la 
verdadera santidad. 
DIA QUINTO  Instrucciones graves que nos da este sapientísimo Maestro; y digo graves, porque son tales que, cuando no las cumplimos, Él huye de entre nosotros y nos impiden el adquirir la unión con Dios. 
DIA SEXTO Camino por donde se adquiere la verdadera santidad: no es otro, ni le  hay, que con más seguridad nos lleve y con que más pronto la santidad se consiga, que con el propio vencimiento y la propia mortificación; difícil cosa para nosotros, pero es muy fácil por la grande ayuda que tenemos en el Espíritu Santo. 
DIA SÉPTIMO Enseñanzas e instrucciones que nos da este Divino Maestro acerca de lo que a Dios más Le agrada y a nosotros grandemente nos aprovecha. 
DIA OCTAVO La gran batalla que Satanás prepara para el alma, cuando la ve que  persevera en su camino comenzado. Sufrimiento del alma en la batalla; el gran contento que damos a Dios con ella y lo que nos dan por haber peleado, no merecido, sino dado por el amor que nos tiene. 
DIA NOVENO La última batalla que Satanás tiene con el alma, la más astuta que ha  podido discurrir su saber y su malicia, pues lleva por fin en sus intentos el robar a Dios lo que es de Dios, y al alma llenarla de soberbia  y con ella lograr el separarnos de Dios para siempre. 
DIA DÉCIMO En entrando el alma en esta escuela divina, donde el Maestro que enseña es el Espíritu
Santo, si el alma pone en práctica todo cuanto  aquí la enseña, no es andar ni es correr ni volar; es ir camino de la santidad con la ligereza y prontitud con que va a todas partes nuestro 
pensamiento. 

Además de realizar hoy "tu ratito de oración" con los resumenes de estos días de decenario. te invito si te da el tiempo rezar y contemplar estas oraciones tradicionales de la Iglesia y esta  que escribió San Josemaría:

Oración escrita por San Josemaría en Abril de 1934
¡Ven, oh Santo Espíritu!: ilumina mi entendimiento, para conocer tus mandatos: fortalece mi corazón contra las insidias del enemigo: inflama mi voluntad... He oído tu voz, y no quiero endurecerme y resistir, diciendo: después..., mañana. Nunc coepi! ¡Ahora!, no vaya a ser que el mañana me falte.
¡Oh Espíritu de verdad y de sabiduría, Espíritu de entendimiento y de consejo, Espíritu de gozo y de paz!: quiero lo que quieras, quiero porque quieres, quiero como quieras, quiero cuando quieras...


Ven, Espíritu Santo
Ven, Espíritu Santo,
Llena los corazones de tus fieles
y enciende en ellos
el fuego de tu amor.
Envía, Señor, tu Espíritu.
Que renueve la faz de la Tierra.

Oración:
Oh Dios, que llenaste los corazones de tus fieles con la luz del EspírituSanto; concédenos que, guiados por el mismo Espíritu, sintamos con rectitud y gocemos siempre de tu consuelo. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

Secuencia de Pentecostés
(El himno mas antiguo al Espíritu Santo)
Ven, Espíritu Santo,
y envía del Cielo
un rayo de tu luz.
Ven, padre de los pobres,
ven, dador de gracias,
ven luz de los corazones.
Consolador magnífico,
dulce huésped del alma,
su dulce refrigerio.
Descanso en la fatiga,
brisa en el estío,
consuelo en el llanto.
¡Oh luz santísima!
llena lo más íntimo
de los corazones de tus fieles.
Sin tu ayuda,
nada hay en el hombre,
nada que sea bueno.
Lava lo que está manchado,
riega lo que está árido,
sana lo que está herido.
Dobla lo que está rígido,
calienta lo que está frío,
endereza lo que está extraviado.
Concede a tus fieles,
que en Ti confían
tus siete sagrados dones.
Dales el mérito de la virtud,
dales el puerto de la salvación,
dales la felicidad eterna.
Ven Espíritu Creador
(Oración que rezaba a diario Juan Pablo II)
Ven, Espíritu Creador,
visita las almas de tus fieles
y llena de la divina gracia los corazones,
que Tú mismo creaste.
Tú eres nuestro Consolador,
don de Dios Altísimo,
fuente viva, fuego, caridad
y espiritual unción.
Tú derramas sobre nosotros los siete dones;
Tu, el dedo de la mano de Dios;
Tú, el prometido del Padre;
Tú, que pones en nuestros labios los tesoros de tu palabra.
Enciende con tu luz nuestros sentidos;
infunde tu amor en nuestros corazones;
y, con tu perpetuo auxilio,
fortalece nuestra débil carne.
Aleja de nosotros al enemigo,
danos pronto la paz,
sé Tú mismo nuestro guía,
y puestos bajo tu dirección, evitaremos todo lo nocivo.
Por Ti conozcamos al Padre,
y también al Hijo;
y que en Ti, Espíritu de entrambos,
creamos en todo tiempo.
Gloria a Dios Padre,
y al Hijo que resucitó,
y al Espíritu Consolador,
por los siglos infinitos. Amén.
V. Envía tu Espíritu y serán creados.
R. Y renovarás la faz de la tierra.

Oremos.
Oh Dios, que has iluminado los corazones de tus hijos con la luz del Espíritu Santo; haznos dóciles a tu Espíritu para gustar siempre el bien y gozar de su consuelo.Por Jesucristo Nuestro Señor.
R. Amén.