San Juan 3,13-17.
Jesús dijo a Nicodemo:
«Nadie ha subido al cielo, sino
el que descendió del cielo, el Hijo del hombre que está en el cielo.
De la misma manera que Moisés
levantó en alto la serpiente en el desierto, también es necesario que el Hijo
del hombre sea levantado en alto, para que todos los que creen en él tengan
Vida eterna.
Sí, Dios amó tanto al mundo, que
entregó a su Hijo único para que todo el que cree en él no muera, sino que
tenga Vida eterna.
Porque Dios no envió a su Hijo
para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.»