NOVENA · Noveno día
HOY TERMINAMOS si has logrado hacer todos los dìas de esta novena tu "rato de oraciòn" llegas al triduo de Navidad muy preparado para vivir una gran Navidad
Meditación «Una de las características fundamentales [de don Álvaro del Portillo] era la de tener paz y dar paz. Por lo tanto, era un verdadero ejemplo ver cómo ante cualquier contrariedad, cualquier noticia más o menos dolorosa, en circunstancias en las que normalmente uno reacciona con enojo, siempre reaccionaba con sentido sobrenatural, poniendo en las manos de Dios todo lo ocurrido» (Mons. Tomás Gutiérrez, citado en CR).
«Una de las cosas que más llamaban la atención en la personalidad y en la vida de Mons. del Portillo era su serenidad, su paz interior. Tenía paz y daba paz» (J. L. Soria, citado en CR).
«Si sois comprensivos, optimistas, constantes; si seguís sembrando paz y alegría a vuestro alrededor, estad seguros de que acabaréis venciendo las dificultades que se os presenten, y alzaréis bien alto a Cristo en la cumbre de todas las actividades humanas» (Beato Álvaro, CP, 2-X-1986).
Petición
Dios mío, haz que – a ejemplo del Beato Álvaro – desee para todos «la paz que viene de Dios, la que Cristo ha traído a la tierra, la paz que el mundo no puede dar. Una paz que es resultado de la unión con Dios en todos nuestros pensamientos, palabras y obras» (Beato Álvaro, CP, 1-X-1989).
Que nunca me olvide de que, como decía el Beato Álvaro, «la paz es uno de los frutos de la presencia del Espíritu Santo en nuestras almas. Tendremos paz y podremos difundirla a nuestro alrededor si tratamos al Paráclito, si queremos sinceramente cumplir todo lo que nos pide» ( Ibidem).
Señor, por intercesión de la Virgen Santísima, Reina de la Paz, haz que yo sea un portador de la paz de Cristo a los corazones de todos (cfr. Mt 5, 9). Que viva la unión con Dios de tal manera que se pueda decir de mí lo que se dice del Beato Álvaro: «No le faltaba nunca esa sonrisa franca, llena de cariño, que efectivamente comunicaba gozo y paz» (JM, p. 197).
Rezar la oración al Beato Álvaro
Dios Padre misericordioso, que concediste al beato Álvaro, obispo, la gracia de ser, con la ayuda de Santa María, pastor ejemplar en el servicio a la Iglesia y fidelísimo hijo y sucesor de san Josemaría, fundador del Opus Dei: haz que yo sepa también responder con fidelidad a las exigencias de la vocación cristiana, convirtiendo todos los momentos y circunstancias de mi vida en ocasión de amarte y de servir al Reino de Jesucristo. Dígnate otorgar la canonización del beato Álvaro, y concédeme por su intercesión el favor que te pido... (pídase). Así sea.
Padrenuestro, Avemaría, Gloria.