"Hago todos los días mi "ratito" de oración: ¡si no fuera por eso!" (Camino, 106)

17 de marzo de 2015

MARTES de la 4a semana de cuaresma

Juan 5,1-3a.5-16.

Se celebraba una fiesta de los judíos y Jesús subió a Jerusalén.Junto a la puerta de las Ovejas, en Jerusalén, hay una piscina llamada en hebreo Betsata, que tiene cinco pórticos. 

Bajo estos pórticos yacía una multitud de enfermos, ciegos, paralíticos y lisiados, que esperaban la agitación del agua. 


Había allí un hombre que estaba enfermo desde hacía treinta y ocho años. Al verlo tendido, y sabiendo que hacía tanto tiempo que estaba así, Jesús le preguntó: 

"¿Quieres curarte?"

El respondió: 

"Señor, no tengo a nadie que me sumerja en la piscina cuando el agua comienza a agitarse; mientras yo voy, otro desciende antes". 

Jesús le dijo: 

"Levántate, toma tu camilla y camina". 

En seguida el hombre se curó, tomó su camilla y empezó a caminar. Era un sábado, 
y los judíos dijeron entonces al que acababa de ser curado:

"Es sábado. No te está permitido llevar tu camilla". 

El les respondió: 

"El que me curó me dijo: 'Toma tu camilla y camina'".
 
Ellos le preguntaron: 

"¿Quién es ese hombre que te dijo: 'Toma tu camilla y camina?'". 

Pero el enfermo lo ignoraba, porque Jesús había desaparecido entre la multitud que estaba allí. 


Después, Jesús lo encontró en el Templo y le dijo: 

"Has sido curado; no vuelvas a pecar, de lo contrario te ocurrirán peores cosas todavía". 

El hombre fue a decir a los judíos que era Jesús el que lo había curado. Ellos atacaban a Jesús, porque hacía esas cosas en sábado.