"Hago todos los días mi "ratito" de oración: ¡si no fuera por eso!" (Camino, 106)

4 de octubre de 2015

EL SECRETO DE LA FAMILIA ES EL AMOR EN DARSE


¿Qué hacer para que el amor que unió a dos personas “en una sola carne” no lo apaguen las discrepancias de caracteres y gustos, el paso lento de los días iguales, los desengaños y los sinsabores y penas de la vida?

El amor es como un fuego que debe ser cuidado y alimentado cada día sacrificando troncos y ramas, y avivándolo con el soplete, el viento del Espíritu que lo hizo prender en el corazón de cada uno. Serán esos troncos y ramas de la paciencia, la delicadeza en el trato mutuo; los detalles de servicio; el no elevar destempladamente la voz; evitar las indirectas; ese saber cuando se debe callar y cuando el silencio puede resultar antipático o hiriente; el buen humor en los momentos de tensión; el no querer tener siempre razón porque es más importante tener armonía y paz que tener razón; el pasar por alto los pequeños fallos que todos cometemos en la vida; ¡y tantos detalles pequeños más! Troncos y ramas que mantendrán encendido ese fuego. Recordemos esto: el amor no resuelve los problemas, los elimina, impidiendo que se produzcan.

Ya sabemos que la convivencia no siempre es fácil, pero no la hagamos más difícil todavía descuidando esas pequeñas cosas que el amor convierte en grandes y que hacen, también grande, al amor. “Un pequeño acto, hecho por Amor, ¡cuánto vale!”, afirma S. Josemaría Escrivá, y añade: “Has errado el camino si desprecias las cosas pequeñas”.

Aquella gran figura que fue el cardenal Newman escribió: “No es posible encontrar a dos personas por muy íntimas que sean, por mucho que congenien en sus gustos y apreciaciones, por mucha afinidad de sentimientos espirituales que existan entre las mismas, que no se vean obligadas a renunciar en beneficio mutuo a muchos de sus gustos y deseos si quieren vivir juntas felizmente. El compromiso, en el más amplio sentido de la palabra, es el principio de toda combinación, y cualquiera que insista en gozar plenamente de sus derechos, en manifestar sus opiniones sin tolerar las de su prójimo, y de esta suerte en los distintos aspectos, habrá de resignarse forzosamente a vivir solo, pues le será imposible hacerlo en comunidad”.

No le cerremos la puerta a la armonía familiar por el egoísmo de pensar sólo en los propios gustos e intereses. Ningún valor por grande que parezca es comparable a la paz familiar. ¡Unidad por encima de todo, aunque haya que sacrificar algún derecho! No hay felicidad allí donde no hay fidelidad a esas pequeñas renuncias, a esas menudas atenciones, que hacen grande y fuerte el amor y constituyen el secreto de la armonía conyugal.

Los 4 temas clave del próximo Sínodo de la Familia

El domingo 4 de octubre comienza en Roma el Sínodo de obispos sobre la familia, que reúne a representantes de todas las conferencias episcopales del mundo. El Papa ha querido que participen también 18 matrimonios. 

A lo largo de tres semanas trabajarán duro para afrontar las emergencias de la vida de las familias. En el documento de trabajo identifican estas cuatro:

1) Menos jóvenes deciden casarse

La dificultad de tomar decisiones definitivas, de formalizar un compromiso como el matrimonio, es un desafío para las nuevas generaciones.Además de menos bodas, cada vez hay más divorcios y separaciones. 

FRANCISCO
"Debemos reflexionar seriamente para comprender por qué los jóvenes de hoy no quieren casarse, a pesar de que casi todos desean una seguridad afectiva estable y un matrimonio sólido. Junto a otras causas, hay un miedo a equivocarse y fracasar que impide confiar en la gracia que Cristo ha prometido a la unión conyugal”. 

2) Ayudar a los matrimonios

La Iglesia católica quiere buscar modos mejores para prepararse al matrimonio. Entre bromas, Francisco lamentó que se estudia más para un examen que para la vida matrimonial. Al Papa le gusta la idea de que algunos matrimonios ayuden a otros matrimonios. Tanto antes de la boda como en los primeros años. Así aprenderán cómo perdonar y valorar los errores y limitaciones del otro. 

FRANCISCO
"Si os habéis peleado nunca terminéis el día sin hacer las paces en la familia. ¿Y cómo debo hacerlo? ¿De rodillas? No. Basta un pequeño gesto, algo así. Y la armonía vuelve a la familia”.

3) Conexión con los hijos

Educar a los hijos es un desafío en todos los continentes. Muchos padres dicen que no consiguen hablar con ellos a causa del "entorno invasivo de los medios y las redes sociales”, que con el móvil o el ordenador influyen de un modo decisivo sobre nuestros hijos.

FRANCISCO
"Si la educación familiar recobra su protagonismo, muchas cosas cambiarán para bien. Es hora de que los padres y las madres regresen de su exilio, se han autoexilado de la educación de los hijos, y se impliquen plenamente en la educación de sus hijos”.
 
4) Familias rotas

Al Papa le preocupa que las familias rotas piensen que no tienen sitio en la Iglesia. Por eso pide a los católicos que les traten con comprensión y que les ayuden espiritualmente. 
En algunos lugares los divorciados no pueden ser padrinos de bautizo ni tener encargos en tareas de catequesis algo que el sínodo reconsiderará. 

Además, algunos obispos han pedido que se busquen itinerarios para aquellos divorciados vueltos a casar civilmente que en algunas circunstancias extraordinarias desean volver a recibir los sacramentos. 

FRANCISCO
"Diferenciando entre quienes han sufrido la separación y quienes la han provocado. Si se mira la nueva unión desde los hijos pequeños vemos la urgencia de una acogida real hacia las personas que viven tal situación. ¿Cómo podemos pedirle a estos padres educar a los hijos en la vida cristiana si están alejados de la vida de la comunidad?” 

Como dijo Francisco, esta búsqueda de soluciones a la emergencia se ha hecho respetando cuatro elementos fundamentales del matrimonio: la indisolubilidad, la unidad, la fidelidad y la apertura a la vida. 

Ese será el marco de trabajo del Sínodo.