"Hago todos los días mi "ratito" de oración: ¡si no fuera por eso!" (Camino, 106)

6 de abril de 2016

PASCUA 2a SEMANA MIERCOLES

Juan 3,16-21.

Si, Dios amó tanto al mundo, que entregó a su Hijo único para que todo el que cree en él no muera, sino que tenga Vida eterna. 
Porque Dios no envió a su Hijo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.» 
El que cree en él, no es condenado; el que no cree, ya está condenado, porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios. 
En esto consiste el juicio: la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron las tinieblas a la luz, porque sus obras eran malas. 
Todo el que obra mal odia la luz y no se acerca a ella, por temor de que sus obras sean descubiertas. 
En cambio, el que obra conforme a la verdad se acerca a la luz, para que se ponga de manifiesto que sus obras han sido hechas en Dios.