NOVENA · Quinto día
Meditación
«Dio pruebas de heroísmo (...) en el período que transcurrió en la cárcel durante la persecución religiosa en España (1936-1939) y en los ataques que sufrió por su fidelidad a la Iglesia» (DV) .
«Sólo con la lógica de la Santa Cruz, donde el dolor se convierte en medicina y la muerte se torna en Vida nueva, podemos vislumbrar la explicación y el sentido profundo a lo que permanece inexplicable para la mirada humana» (Beato Álvaro, CP, 29-IX-1978).
Refiriéndose a algunos que propalaban falsedades, con la intención de perjudicar a la Obra de Dios, el Bato Álvaro escribía: «Rezad por ellos, renovad vuestros actos de desagravio al Señor por las ofensas que cometen, y no perdamos ni por un momento la paz. Comportémonos así a diario, con el fin de ahogar el mal en abundancia de bien, difundiendo la verdad sin cansancios» (Beato Álvaro, SB).
Petición
Te pido, Dios mío, aquella fortaleza y paz que el Beato Álvaro –con la ayuda de tu gracia– manifestó siempre ante las persecuciones, campañas calumniosas e insidias mal intencionadas, a causa de su fidelidad a la Iglesia y al Opus Dei, la porción del Pueblo de Dios confiada a sus cuidados.
Haz que cuando me cueste aceptar con paciencia las injusticias, las incomprensiones o las pruebas desconcertantes, sepa seguir el consejo que el Beato Álvaro daba a los que pasaban por esos momentos difíciles: «Las contradicciones las permite Dios, tanto para que nos purifiquemos como para que saboreemos el dulce peso de su Santa Cruz (...). Sembrad incansablemente la paz y el amor de Cristo en tantos corazones que están esperando una voz que los remueva» (JM, p. 575, nota 60).
Y que entienda «por qué aparecen llenos de paz los santos, aun en medio del dolor, de la deshonra, de la pobreza, de las persecuciones. La respuesta – como decía el Beato Álvaro –se dibuja bien clara: porque procuran identificarse con la Voluntad del Padre del Cielo, imitando a Cristo» (Beato Álvaro, CP, 1-V-1987).
Rezar la oración al Beato Álvaro
Dios Padre misericordioso, que concediste al beato Álvaro, obispo, la gracia de ser, con la ayuda de Santa María, pastor ejemplar en el servicio a la Iglesia y fidelísimo hijo y sucesor de san Josemaría, fundador del Opus Dei: haz que yo sepa también responder con fidelidad a las exigencias de la vocación cristiana, convirtiendo todos los momentos y circunstancias de mi vida en ocasión de amarte y de servir al Reino de Jesucristo. Dígnate otorgar la canonización del beato Álvaro, y concédeme por su intercesión el favor que te pido... (pídase). Así sea.
Padrenuestro, Avemaría, Gloria.