"Hago todos los días mi "ratito" de oración: ¡si no fuera por eso!" (Camino, 106)

27 de diciembre de 2014

SAN JUAN APOSTOL Y EVANGELISTA

Juan 20,2-8.

El primer día de la semana, María Magdalena corrió al encuentro de Simón Pedro y del otro discípulo al que Jesús amaba, y les dijo: "Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto". 

Pedro y el otro discípulo salieron y fueron al sepulcro. 


Corrían los dos juntos, pero el otro discípulo corrió más rápidamente que Pedro y llegó antes. Asomándose al sepulcro, vio las vendas en el suelo, aunque no entró. 


Después llegó Simón Pedro, que lo seguía, y entró en el sepulcro: vio las vendas en el suelo, y también el sudario que había cubierto su cabeza; este no estaba con las vendas, sino enrollado en un lugar aparte. 


Luego entró el otro discípulo, que había llegado antes al sepulcro: él también vio y creyó.