"Hago todos los días mi "ratito" de oración: ¡si no fuera por eso!" (Camino, 106)

27 de mayo de 2015

MIERCOLES de la 8a semana del tiempo orinario

Marcos 10,32-45.

Mientras iban de camino para subir a Jerusalén, Jesús se adelantaba a sus discípulos; ellos estaban asombrados y los que lo seguían tenían miedo. Entonces reunió nuevamente a los Doce y comenzó a decirles lo que le iba a suceder: 
"Ahora subimos a Jerusalén; allí el Hijo del hombre será entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas. Lo condenarán a muerte y lo entregarán a los paganos: 
ellos se burlarán de él, lo escupirán, lo azotarán y lo matarán. Y tres días después, resucitará". 
Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo, se acercaron a Jesús y le dijeron: 

"Maestro, queremos que nos concedas lo que te vamos a pedir". 
El les respondió: 

"¿Qué quieren que haga por ustedes?". 
Ellos le dijeron: 

"Concédenos sentarnos uno a tu derecha y el otro a tu izquierda, cuando estés en tu gloria". 
Jesús les dijo: 

"No saben lo que piden. ¿Pueden beber el cáliz que yo beberé y recibir el bautismo que yo recibiré?". 
"Podemos", le respondieron. 

Entonces Jesús agregó: 
"Ustedes beberán el cáliz que yo beberé y recibirán el mismo bautismo que yo. En cuanto a sentarse a mi derecha o a mi izquierda, no me toca a mí concederlo, sino que esos puestos son para quienes han sido destinados". 
Los otros diez, que habían oído a Santiago y a Juan, se indignaron contra ellos. 
Jesús los llamó y les dijo: 

"Ustedes saben que aquellos a quienes se considera gobernantes, dominan a las naciones como si fueran sus dueños, y los poderosos les hacen sentir su autoridad. Entre ustedes no debe suceder así. Al contrario, el que quiera ser grande, que se haga servidor de ustedes; y el que quiera ser el primero, que se haga servidor de todos. Porque el mismo Hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por una multitud".